viernes, 26 de diciembre de 2014

Presentación y reencuentro.-

Mi nombre es Vanina. Creo que es la primera vez que uso mi nombre real en un blog. Algo que para ustedes puede ser insignificante pero para mí, es mucho. Estoy casada, tengo un hijo, una perra. Prefiero reservarme el dato de la profesión, pero trabajo de lo que me gusta. Se podría decir que vivo de prestado, porque no tengo una propiedad pero tampoco alquilo.Vivimos bien, algo ajustados por momentos pero bien. Tengo amigos. De los que se cuentan con una mano o con uno o dos dedos más de la otra. Con vaivenes pero de esos que siempre estuvieron, que soportaron embarazo, cambios de humor, cambios de trabajo y rutina, que crecen y crezco codo a codo. Una vida hermosa, en serio. Sin ánimos de "creérmela" porque como todos tengo problemas, algunos reales y otros de mi mundo infamemente mental.
Este blog nace de no poder seguir escribiendo en el anterior (alassobreelpapel.blogspot.com.ar) porque vaya a saber uno por qué, mejor dicho sé por qué, dejé de usarlo y no puedo acceder a él para seguir escribiendo. Dejé de escribir porque al estar embarazada, mis inquietudes fueron otras, mi necesidad de catarsis fue otra. No quería mezclar las cosas y me parecía que esa necesidad tan particular que me urgía se merecía un espacio distinto. Era algo así como "el blog de soltera" y "el blog de madre". Sin embargo, pasó el tiempo y si bien, toda mi vida pasa por mi pequeño, volvían a aparecer en mí otras cuestiones. (Y me había cansado un poco del circuito materno. Hay gente que realmente se pone muy boluda.) Quizás con una mirada diferente o con la misma, pero con unos añitos más o con situaciones diferentes. Sé que si mi marido me leyera en este momento me diría que, básicamente, sigo rompiendo las bolas con lo mismo. Y es muy probable que tenga razón. Pero volvieron. Están acá. Y no me sirven los consejos o las opiniones de los que conozco. Quiero un espacio para decir lo que pienso con mi nombre haciéndome cargo pero sólo para eso. No sé si tengo ganas de debatir o de intercambiar ideas o de validar lo que digo. Tengo ganas de decirlo y punto. Sin camuflarme sin dibujarla. Quizás sea el primer paso para comunicarme mejor con las personas, para dejar de dar vueltas y no decir exactamente qué me pasa sin rodeos, para aprender a aceptar la opinión del otro sin enojarme. Porque primero me estaría aceptando yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario