jueves, 19 de marzo de 2015

Las idas y vueltas.-

Que sí, pero no. No, no, dejá; pero sí. Hoy es un día así. Un día :"Estoy super bien!!!". A los dos minutos: "La vida y la puta que lo parió!" Como dice Adri, hay días y días. Días en los que estamos agotados, días en los que estamos más presentes y otros en lo que sólo nuestro cuerpo está, y nuestra mente divaga y vuela alto o muy bajo. Ahora a las 23.15 de un jueves habiéndome levantado 5.45, me pregunto cuán presente estoy en la vida de Santi últimamente. Después de ese maravilloso verano, super pegoteados, siendo cómplices, abrazados cruzando Acoyte bajo la lluvia y él agarrándose fuerte de mí y mirándome con las mirada más tierna del mundo; hoy siento que estoy poco y nada. Porque descanso un poco en Adri, sí. Porque vuelvo con ganas de hablar y preocupada por boludeces y cosas importantes. Porque de algún modo, cuando Santi se desentiende de mí, yo no lo molesto, no me acerco. Pero después me reclama y ya estoy ocupada y lo miro con cara de "Sancho, ahora no. No rompas los quinotitos." Porque estos días está un poco especial. Con su mundo y sus ojos sólo para papá. Y así, antes de ir a dormir, me voy enojada pensando en todas las cosas que podríamos haber hecho pero no se dieron, no se pudieron o no notamos lo valioso del tiempo. En todas las cosas que no se me ocurrieron. Rumiando las negativas y pensando un plan para que mañana sea nuestro día especial. Pensando en si soy buena madre o no, en si me registra. En si su independencia, será el resultado de su personalidad, de nuestra crianza, el poco estar mío o vendrá del sentimiento de seguridad de que sabe que sus papás vuelven, que siempre van a estar. Uno nunca termina de saber si está haciendo las cosas bien. A veces, me pregunto si lo que hago es lo mejor posible, lo que mejor me sale. Y siempre me queda la sensación de que podría haber hecho algo más. Y son en estos momentos en los que yo me cuestiono tener otro hijo. Si siento esto con uno, cómo será con dos? Quizás sí me empieze a cerrar la idea de esperar unos años largos más. No sé. Todo esto cambia minuto a minuto. Así como cambio mi tarde de frambuesa y charla de la vida con alguien que cayó inesperadamente con su buena onda de siempre a lo que se convirtió en una noche de caos pre-dormida. Bienvenidos a la vida de padres en la que lo impredecible y lo maravilloso están en el centro de la escena las 24hs.

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